FORMACIÓN Y VALORACIÓN SOCIAL DEL PROFESORADO

 

           En esta primera semana de clase, hemos tenido la primera toma de contacto con las prácticas en grupo. En esta ocasión, a mi grupo y a mí nos ha tocado hablar y debatir con los demás sobre cómo se podría mejorar la formación y valoración social hacia el profesorado. 

          Previamente, antes de comenzar la actividad, vimos cómo funcionaba el sistema educativo en otros países y algunos distaban mucho de lo que España posee. Sin embargo, no por ser distintos eran necesariamente mejores. Por ejemplo, en Corea del Sur pasaban una cantidad estratosférica de horas dedicadas al estudio, por ello, sus calificaciones eran excelentes pero su tasa de suicidio superaba los ratios. Por el contrario, Finlandia tenía un sistema mucho más relajado basado en la experimentación propia y las relaciones con el entorno, algo que, para nuestra sorpresa, también daba buenos resultados a pesar de no ser el método convencional en España. Mientras que uno se basaba en el esfuerzo, otro se caracterizaba por su flexibilidad. 


       A la hora de ponernos manos a la obra, dividimos la tarea en dos partes. Por un lado "La formación" y por otro "La valoración social". 

           En primer lugar, creemos que los profesores deben estar actualizados a través de cursos o talleres ya que las generaciones cambian y los tiempos avanzan por lo que no es totalmente eficiente utilizar el mismo método de enseñanza a lo largo de 40 años. Cada vez más se ha implantado la tecnología en los colegios e institutos y los nuevos niños son muy visuales e interactivos ya que "nacen con una pantalla debajo del brazo". Es lógico que pueda pillar de improviso situaciones como las clases online en la pandemia, pero tener un mínimo de conocimientos básicos para solventarlo es esencial. Todos hemos conocido a un profesor que pedía a los alumnos hasta cómo encender el proyector o conectar un pincho USB, y eso es lo que queremos evitar. Además, que esto esté regulado o vigilado ya que de nada sirve si avisan de las inspecciones o no hacen un seguimiento. 

        Asimismo, al igual que estar actualizado en tecnología es importante, también lo es estarlo en los gustos y aficiones de los nuevos alumnos para poder conectar con ellos. En mi experiencia, se comprende mucho mejor un ejemplo aplicado a algo conocido como pueden ser Los Simpson que no algo que a un niño le suena a chino y muy lejano a él, lo único que va a hacer es mirarte raro y pensar que eres una momia. Los talleres de interacción entre profesores y alumnos pueden ser tan fructíferos como las actividades de convivencia entre los chavales, pudiéndose poner los adultos al día y los alumnos aprender y comparar como era la vida antes y ahora: películas que son un hito, música de grandes autores, videojuegos antes y ahora... 

        Por otra parte, es bien sabido que mucha gente se mete a Educación porque es "fácil" aprobarla y luego tienes muchos días de vacaciones, ¡AY qué bien se vive...! Muchos habíamos vivido experiencias de profesores que estaba claro que no les gustaban ni un pelo estar con alumnos, por ello, llegamos a la conclusión de que una entrevista antes de entrar al Máster podría ayudar a ver quién le pondrá empeño y tiene vocación. 

        En cuanto a la valoración, vimos que estaba bastante relacionado con lo anterior. Si un alumno nota tus ganas de enseñar y tu motivación, eso hará que su valoración sea positiva. Además, a extramuros de la escuela, los organismos gubernamentales podrían realizar una campaña de prestigio anual para fomentar la importancia de esta profesión, al igual que se hizo con el personal sanitario en la cuarentena. 

        De igual forma, las encuestas docentes son muy útiles para saber la relación y el trabajo llevado a cabo durante el curso. Es normal que un año pueda haber valoraciones más bajas por una mayor dificultad en la distribución del temario o una clase más rebelde, sin embargo, si una valoración baja continúa a lo largo de los años a pesar de cambiar de alumnos cada curso, se debería ver cuál es el problema. 

        Finalmente, para una buena valoración creímos que era bueno prestar atención y escuchar a los alumnos en sus problemas y preocupaciones, aunque seas un adulto que les tiene que vigilar, no dejas de ser un referente al que pueden ir a pedir ayuda desde un punto de vista más parcial que el de unos padres. Además, si una clase se queja de algo, es necesario ver si es algo lógico lo que piden y, si solo con aligerar la tarea esa vez les ayudas, es un gesto que no cuesta y ellos se organizarán mejor para volver al ritmo. 

        ¿Qué opináis vosotros? ¿Os gusta más como manejan el sistema educativo en otros países? ¿Cómo creéis que se podría mejorar la formación y valoración de los profes? 

        ¡Déjame tu opinión en los comentarios! Sígueme para ver mis próximas publicaciones. 


Comentarios

  1. Yo lo de la entrevista no lo veo mal, pero siempre y cuando no sea un filtro absoluto, es decir, que seas tu el que te eches atrás si lo que te dicen crees que no te conviene, no que una persona que no conoces te eche para atrás porque a lo mejor te haya visto mal o haya habido algún malentendido en la entrevista.

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    1. Me parece un buen punto. Gracias por opinar. Un saludo.

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